Aventura en Familia: "Mamá, es increíble"

Helena Rubí

Amanece en el Puerto de Alcúdia, son las 6 de la mañana y me voy a embarcar con Carlos y Olga en su embarcación Es Batlets en una de las excursiones de Pescaturismo. Será la primera vez que veo pescar langostas en la reserva marina de Levante, entre Son Serra y Menorca, justo en las faldas del Cabo Farrutx. Pero los protagonistas de esta particular aventura en familia son una pareja inolvidable: Maximilian y Lily.

Gabriela es alemana y vive desde hace años en Mallorca. Hoy ha decidido que sus hijos no vayan al colegio: “Tengo claro que aprenderán más en este barco que en clase recortando cartulinas”, así que su espíritu abierto y aventurero me contagia la alegría tanto a mí como a sus hijos.

"Nada más salir nos recibe un espléndido amanecer".

Nada más salir del puerto nos recibe el sol tras el faro de Alcanada, el mar está como un plato y estamos solos en toda la bahía de Alcúdia. El paraíso. Maxim y Lily, emocionados, investigan cada rincón del barco de pesca, no paran quietos, obedecen muy responsables cómo y dónde sentarse y colocarse el chaleco salvavidas, y preguntan, no paran de preguntar: ¿A dónde vamos? ¿Qué vamos a pescar? ¿Comeremos pescado? ¿Nos podremos bañar? ¿Hay tiburones? ¿Para qué sirve esa bandera? ¿Puedo llevar el timón? ¿Veremos delfines? Tienen 6 y 8 años, pero su inquietud y curiosidad es enorme.

Lily muestra un huevo de calamar.

Carlos y Olga dejaron las redes anoche y vamos a recoger dos tornos de unos 50 metros de redes, y ya espectante, Maxim observa cómo identifican el gallo que lleva su nombre y lo recogen para empezar a poner en marcha las máquinas y que se asomen las primeras langostas.

Maxim y Lily, emocionados con cada pez que sale de las redes.

Pienso que yo misma no había visto nunca langostas en el mar, todo lo que conocía eran los pequeños viveros de los restaurantes y la caldereta de mi madre, no sabía nada de tamaños, de cuánto viven, de reservas, ni de machos o hembras. Hoy, gracias a Pescaturismo, Lily y Maxim están conociendo por qué la hembra tiene una pata más larga (para el desove) y al decirle que es para “rascarse los huevos” Maxim no para de reír. Cogen la medida que cuelga de una cuerda para comprobar si da la talla o hay que devolverla al mar, y las agarran, las pequeñas, y tras lanzarlas las ven alejarse del barco, las ven nadar. Yo nunca había visto nadar a una langosta.

De repente, Lily me tira del brazo, es cariñosa, y me ha ganado en unas pocas horas, “¡Mira una Manta Raya! ¿La puedo tocar?" entonces Carlos le explica que es un poco peligroso y le ensaña la espina de su cola, su punta de lanza que si se clava no sale. Recordamos entre risas al Autobús de Nemo y seguimos mirando la caja de sorpresas que es la red al subir al barco.

Devolviendo al agua una estrella de mar.

A todos nos gustan las estrellas de mar, y nunca dejan de sorprendernos, su color, su vida, pero no sabíamos que hay que devolverlas al mar lo más rápido posible. Hoy lo hemos aprendido todos, si les falta oxígeno sufren estrés y pueden morir, así que según suben, bajan de nuevo. ¡A las órdenes capitán!

Olga nos prepara un increíble pan con sobrasada.

Claro, son alemanes afincados en Mallorca, y conocen y disfrutan nuestras tradiciones a su corta edad, es increíble verles disfrutar así. El mar da hambre y hay algo más en una jornada de pesca turismo: La gastronomía local. Carlos nos explica que hoy no tomamos pescado a la plancha porque cuando van a la langosta rara vez se enredan pescados, así que un pamboli y un pan con sobrasada es igualmente un manjar de lujo.

Un resfrecante baño en alta mar.

Después de recoger el segundo torno y antes de que entre el “Embat” ponemos rumbo a la bahía de nuevo, pero nos falta algo que todos deseamos y nadie se ha atrevido a preguntar, nos miramos, y Lily sonríe, mira a Olga: “¿Nos podemos bañar?” Así que sin pensarlo todos al agua, en alta mar, agua fresquita del mes de junio. De nuevo les veo sonreír y pienso: ¿Cuántos niños mallorquines no se han bañado nunca en alta mar?

Maxim aprende a llevar el timón con Olga.

El resto del viaje Lily se sienta encima de mí y jugamos, me enseña un moco en su mano, pero es un huevo de calamar que se ha quedado pegado a una red, sus ojos son un universo al saber eso! Maxim aprende a llevar el timón con Olga, lo quiere tocar todo (y lo toca todo) y su madre, Gabriela, les mira y sonríe. Nada le ha decepcionado, era lo que esperaba, sus hijos han vivido una experiencia única, inolvidable, nada de todas esas cosas están en los libros, nada de todo lo vivido lo sabíamos ni ella ni yo.

El turismo familiar creemos que no consiste en contratar animadores, cuartos de juegos, zonas especiales para niños etcétera, de forma que los padres puedan estar solos y descansar ellos mientras los niños no molestan. En Pescaturismo creemos que el turismo familiar es convivir experiencias juntos, aprender juntos, conocer juntos... vivir una Aventura en Familia. Creemos que la educación debe estar basada en la experiencia, en las emociones y en el contacto humano. Maxim y Lily me ganaron el corazón, a mí y a Olga y a Carlos. Esperamos que cada uno de los niños que embarcan con nuestros pescadores artesanales se lleven el recuerdo de la pasión por la pesca, por el mar y por Mallorca para toda su vida.

¿Quieres vivir una Aventura en Familia?

www.pescaturismomallorca.com